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07 abril 2010


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Me escapé del mundo yéndome al norte, pero otro mundo esperaba allá.
Yo arrimé, siempre disparo a mansalva, pero esa piel fue particular.
La hacés bien, y aunque te hierva la sangre, te encadenás para no llamar.
¿Como hacés? Conozco t o d o s tus trucos, pero aún así me das que pensar.
Te guardás el orgullo donde nadie pueda dudar de que lo tenés. Y así vas, sin perder el objetivo, pidiendo dos cuando querés tres.
Ya estoy bien, ya me ordené en mi desorden, y aquellas voces no me hablan más.
Por favor, mentime y dame la espalda, otra vez no quiero patinar.
Y me esperás más de la cuenta, siendo siempre la que yo soñé. Y firme yo, me encierro en que es peor amar y envejecer.
¿Qué esperás?, mostrame todas las cartas, a cara de perro no sé jugar.
Me endulzás el ego siendo sincero, dale un poco y te va a pedir más.
Lo sabés, no hay arma más seductora que contestar siempre la verdad.
Siempre estás del otro lado del Muro de los Lamentos que me contás.
No sé hablar sin decir malas palabras, amantes, mentira, infidelidad.
Nunca más te vendo gato por liebre, por no ser cruel pierdo honestidad.
No es el fin, el problema son los medios, no es algo que pueda respetar. No está mal que termine en las historias mientras haya historias que contar.
Y ya no esperarás más de la cuenta, y siempre serás la yo soñé.
Y yo seguiré pensando que es peor a m a r y envejecer.

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